soul meets body
cada vez que entro a una iglesia me siento sumamente incómodo. para quienes no creemos en la existencia de ningún tipo de dios, esta clase de recintos generan una desvinculación tan grande que sólo se me ocurre comparable al entrar de visita a un hospital. la gente en las iglesias se comporta de forma extraña, empezando por el hablar en voz baja (en una biblioteca te lo entiendo eh), siguiendo por los pequeños rituales de arrodillarse, persignarse, el tarro con agua, las velas... todo parece tan inverosímil a los ojos de un no creyente, que no podemos concebir que haya que pasar por todas esas cosas para caerle bien al barba. después está toda la cuestión filosófica sobre la improbable existencia de un ser del cual nadie tiene evidencia. creer o reventar... splat!
en las iglesias me parece que todos se ríen de un chiste que a mí no me parece gran cosa, y lo repaso en mi cabeza pensando "¿será que no lo entendí? ¿tiene una gracia que no le puedo encontrar? ¿lo habré escuchado bien? porque a mí no me hizo ni cosquillas". y es imposible convencer a un auténtico no creyente (tan diferente de un incrédulo cualquiera) que cuanto más intentan meternos lo de "las palomitas y el 3 en 1" más nos enojamos. es muy difícil llevarse bien con alguien que está determinado a insistir insistir hasta pasarte de bando. por empezar porque todos los ateos pensamos que los religiosos son ingenuos (arranquemos con algo suave) y los religiosos piensan que los ateos somos unos pobres diablos. entonces lo único que nos queda es mirarnos con desdén y decir "tienen derecho a creer lo que quieran, hay que tolerarlos". tolerarlos... esa palabra odiosa, toda esa cuestión republicana de la tolerancia se cae por algún costado. me quedó grabada una frase que alguien me dijo, era una cosa así: "eso de la tolerancia funciona muy bien en los papeles pero es virtualmente imposible, porque a nadie le gusta ser tolerado". y en el momento pensé "qué gran verdad!". todos hablamos de tolerar, pero nadie quiere estar del otro lado de la cuestión: preguntémosle a los "tolerados" si se sienten a gusto con eso, si la tolerancia no será algo más parecido a "te soporto porque no me queda otra" y muy cercano a "cuánto te apuesto a que si no me llevaran sopre te limpiaría de la faz del planeta".
qué problema serio es la religión desde el punto de vista ateo. por empezar a nosotros no nos cuadra la existencia de tantas religiones diferentes. si el dios ese es único, ¿cómo se disputan la franquicia de esa manera? cuando todos tienen razón lo más probable es que nadie tenga razón... más aún, lo que me frustra es lo de creer en una próxima vida. por un lado, porque resulta tan sencillo decirse que está todo bien, la cosa sigue. me suena a la salida del cobarde, cuando lo que pensamos muchos otros es que un día la cuestión se apaga, se termina la película y hasta ahí llegaste. si se puede vivir con eso, se puede vivir sin religión. de hecho, no me considero alguien que tenga miedo de morir. ojo, de morirme yo. sinceramente, supongo que cuando suceda ni siquiera voy a darme cuenta... le tengo mucho más miedo al sufrimiento. al dolor, la angustia, el sentirse miserable, eso me da bastante miedo. negociaría una muerte autoimpuesta si me aseguran que durante los próximos 10 años voy a vivir con un intenso dolor crónico.
en este aspecto es que la religión (cristiana, especialmente) muestra la hilacha: si no le hacés caso al librito, cuando te morís te espera una vida de eterno sufrimiento en el infierno. ¿es que nadie repara en esas palabras? eterno + sufrimiento. la idea más sádica que escuché hasta el día de hoy. cuántos siglos y siglos se le dijo a la gente que la obediencia era el camino para evitar el sufrimiento. cuánta mentira junta, da tanta bronca que la posibilidad de creer en un tal dios (¿los religiosos se reirán de quienes creen en los duendes? para el caso es lo mismo) se aleja y se aleja y se aleja. de los inventos humanos, la religión se me hace de los más bajos. compite el puesto con los sugus nuevos (¿qué necesidad había de cambiarlos? snif!) y casi que le gana al libremercado.
prefiero ir por la vida con la humilde angustia (y la angustiosa humildad, claro) de saber que no somos nada de nada, irrelevantes existencias flotando en la permanente expansión del cosmos. "todos creen en algo. yo creo que beberé otra copa."
en las iglesias me parece que todos se ríen de un chiste que a mí no me parece gran cosa, y lo repaso en mi cabeza pensando "¿será que no lo entendí? ¿tiene una gracia que no le puedo encontrar? ¿lo habré escuchado bien? porque a mí no me hizo ni cosquillas". y es imposible convencer a un auténtico no creyente (tan diferente de un incrédulo cualquiera) que cuanto más intentan meternos lo de "las palomitas y el 3 en 1" más nos enojamos. es muy difícil llevarse bien con alguien que está determinado a insistir insistir hasta pasarte de bando. por empezar porque todos los ateos pensamos que los religiosos son ingenuos (arranquemos con algo suave) y los religiosos piensan que los ateos somos unos pobres diablos. entonces lo único que nos queda es mirarnos con desdén y decir "tienen derecho a creer lo que quieran, hay que tolerarlos". tolerarlos... esa palabra odiosa, toda esa cuestión republicana de la tolerancia se cae por algún costado. me quedó grabada una frase que alguien me dijo, era una cosa así: "eso de la tolerancia funciona muy bien en los papeles pero es virtualmente imposible, porque a nadie le gusta ser tolerado". y en el momento pensé "qué gran verdad!". todos hablamos de tolerar, pero nadie quiere estar del otro lado de la cuestión: preguntémosle a los "tolerados" si se sienten a gusto con eso, si la tolerancia no será algo más parecido a "te soporto porque no me queda otra" y muy cercano a "cuánto te apuesto a que si no me llevaran sopre te limpiaría de la faz del planeta".
qué problema serio es la religión desde el punto de vista ateo. por empezar a nosotros no nos cuadra la existencia de tantas religiones diferentes. si el dios ese es único, ¿cómo se disputan la franquicia de esa manera? cuando todos tienen razón lo más probable es que nadie tenga razón... más aún, lo que me frustra es lo de creer en una próxima vida. por un lado, porque resulta tan sencillo decirse que está todo bien, la cosa sigue. me suena a la salida del cobarde, cuando lo que pensamos muchos otros es que un día la cuestión se apaga, se termina la película y hasta ahí llegaste. si se puede vivir con eso, se puede vivir sin religión. de hecho, no me considero alguien que tenga miedo de morir. ojo, de morirme yo. sinceramente, supongo que cuando suceda ni siquiera voy a darme cuenta... le tengo mucho más miedo al sufrimiento. al dolor, la angustia, el sentirse miserable, eso me da bastante miedo. negociaría una muerte autoimpuesta si me aseguran que durante los próximos 10 años voy a vivir con un intenso dolor crónico.
en este aspecto es que la religión (cristiana, especialmente) muestra la hilacha: si no le hacés caso al librito, cuando te morís te espera una vida de eterno sufrimiento en el infierno. ¿es que nadie repara en esas palabras? eterno + sufrimiento. la idea más sádica que escuché hasta el día de hoy. cuántos siglos y siglos se le dijo a la gente que la obediencia era el camino para evitar el sufrimiento. cuánta mentira junta, da tanta bronca que la posibilidad de creer en un tal dios (¿los religiosos se reirán de quienes creen en los duendes? para el caso es lo mismo) se aleja y se aleja y se aleja. de los inventos humanos, la religión se me hace de los más bajos. compite el puesto con los sugus nuevos (¿qué necesidad había de cambiarlos? snif!) y casi que le gana al libremercado.
prefiero ir por la vida con la humilde angustia (y la angustiosa humildad, claro) de saber que no somos nada de nada, irrelevantes existencias flotando en la permanente expansión del cosmos. "todos creen en algo. yo creo que beberé otra copa."
hhomero ssaborea uun cclásico ddel ffuturo:
"komeda - nonsense"
"komeda - nonsense"
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