22.12.09

heart skipped a beat

un día, sostuve un bebé.
no era mío, pero lo sentí cercano. una persona comprimida, ahí adentro haciendo fuerza para expandirse a la forma tradicional.
otro día, dejé de exasperarme con los nenes ajenos. no supe por qué, quería darles la razón.
al tiempo, tuve una ahijada. pasar una tarde entera con ella le presentó batalla a cualquier otro plan. y ganó sin asco.
después hubo un día hace poco, que me pasé un rato demasiado largo mirándome el ombligo.
en la cama.
le hablé (vicios de vivir solo) a mi hueco en la panza, le dije vos estás conmigo desde el día uno, vos eras un túnel al cascarón, vos sos el testigo de mi presencia, el corte que me dejó siendo individuo. ombligo sos sabio, estás cerrado pero conducís lejos. si pudiera elegir otra vez mi rincón para guardar la pelusa seguirías siendo vos. te necesito ahí.

hace poco llegó el día.

sé que la idea se viene gestando de lejos, pero ahora es voluntad palpable: quiero tener un hijo.
me vi llamando a casa, diciendo eso que sé que los padres viven para escuchar. lo único.
me vi resignando ambiciones apolilladas para invertirme en educar. en dejarle al mundo un habitante mejor de lo que fui.
es complicado, no es realizable en lo inmediato... mi novia es demasiado joven y se merece lo mismo que yo: una postadolescencia (no lo escondo, es eso lo mío) experimentada y disfrutada a sus anchas. ella no tiene apuro. aunque cada año que pase seré un papá más viejo. le temo a esa primera foto en el sanatorio, que reaparecerá 20 años más tarde para escucharme decir "antes de eso tenía más pelo... una cresta toda parada. después se me fue cayendo." corte a: mirada desinteresada de hijo.
en fin, que así llegaron estos días, seriamente calculados: me dije si naciera en los próximos años, llegaría a conocer a mi perro... que tendría 12 cuando él estaría en la primaria y lo acompañaría en sus juegos como corcel blanco, todo viejo y rezongón. puede suceder. también calculé que me daría unos primeros años de casa en buenos aires (dos ambientes enormes, ideales para la vida con bebé) y de pasearlo por abuelos y tíos varios antes de que quiera caminar, salir a pisar sus merecidas veredas, y tengamos que fugarnos a criarlo en el interior (donde los pibes se hornean más parejito y te salen más oreados, sensatos y humildes).
todo esto fui pensando, hasta que llegó el día de hoy.
hoy es el día en que me di cuenta de cómo uno, poco a poco, se convierte en ese monstruo venoso y tarantulesco que es la suma de sus padres. la metamorfosis invisible: las piernas tiemblan, tensas, hasta que ceden al peso de la gran bola psíquica. y la existencia de uno continúa contra el suelo.
porque si nos convertimos irremediablemente en la suma de nuestros padres, singifica que ellos se están convirtiendo (a la vez) en la suma de los suyos. y los abuelos que uno tiene no son las personas que ellos quisieran, sino lo que nos llegó tras su transformación. y mi hijo se convertirá un día en la suma... de ella y yo.
así, se traslada como un viento que pincela a la humanidad toda, el espíritu de la gracia: por unos años, por una ventana redondeada y pulcra, se mete en nosotros y somos algo pleno, estamos tocados por nuestras potencialidades. para luego disminuirnos al gran pasado, para quedar emparedados entre el vidrio y el portarretratos. el espíritu de la gracia se retira sin saludar, llevando el canto de la oportunidad al próximo, al vástago.
seguirá girando de generación en generación, en el sentido contrario al que gira la tierra. escapándole a la mordida venenosa de la historia que lo persigue con odio, para nunca jamás alcanzarlo.


hhomero gesta escuchando ::